Mi historia

Alma Errante es una quinceañera que, desde que tenía aproximadamente uno o dos años, su madre le contaba cuentos todas las noches. Más tarde empezó a enseñarle poesías y a introducirla en el mundo de las letras.


Unos años después era ella misma la que le pedía a su madre que le leyese cuentos a todas horas. Con cinco años ya leía por su cuenta, y con ocho era ya una lectora empedernida de todo tipo de libros.


A los once, decidió empezar a escribir; antes ya había hecho algunos cuentos ilustrados, pero no algo de gran calibre, como lo que se proponía hacer esa vez. Ese proyecto que iba a ser una gran novela de muchas páginas, se quedó en sólo diez carillas.


Aquello le enseñó que eso que hacían los escritores para que ella viviera aventuras era tarea difícil, por lo que ese mismo día tomó la decisión de que quería ser escritora en un futuro, costase lo que le costase.


Pasaron cuatro años desde aquella y cuando mira sus escritos más viejos, se da cuenta de que evolucionó considerablemente su forma de escribir, razón por la que sigue luchando día a día, sin rendirse. Cada día que pasa lo tiene más claro: va a perseguir su sueño hasta el final, pues realmente es lo que más le gusta hacer (aparte de leer, claro).

Sin proponérselo,  aquella madre había formado a su hija en el gran campo de la literatura, esa amiga que la acompañaría todos los días hasta el fin de su vida.

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