16 de septiembre de 2010

Amas lo que odias


Eres completamente intangible.
Tu mirada fría y calculadora recorre todos y cada uno de los defectos.
Impresionan a los demás con tu arrogante sigilo propio de un felino.
No piensas moverte cuando alguien cae a tus pies.
¿Te atravesaría una bala el corazón o quizá rebotaría por la dureza que éste presenta?
No temas a nada.
Nada te teme a ti.
Duerme tranquilo, viaja en tu duermevela hasta que halles aquello de lo que careces, aquello sin lo que no puedes completar tu revestimiento.
Eres hermoso, ¿lo sabes?
Pero no te envidio.

4 comentarios:

  1. Asi debe de ser, no envidiar la belleza que otros tienen,porque este rasgo, aunque muy tentador, puede ser muy poca cosa si lo empaña una personalidad que no vale nada.

    Muy bueno.

    Besos!

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  2. Muy buen texto.
    Verdadero.
    Como tiene que ser :)

    Un crêpe
    con (mucho)
    azúcar.

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  3. Hola. Eso que te preguntas también yo me lo he preguntado. Muy bueno el texto y el análisis. ¿Qué quieren? Seguramente, aman secretamente lo que odian. También es mi conclusión.

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  4. "Ilusiones, vanidad profunda e intangible,
    letal como el veneno con olor a deseo;
    tan perturbantes e insaciables,
    anheladas por el fallido corazón desvocado.
    ¿Has visto al vino cuando llama al bebedor?".

    Muy bien escrito, con mucha sensibilidad, sin atragantamientos y sin envidia. Otra balada triste de trompeta...

    saludos.

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