16 de noviembre de 2009

Pesadillas


Todo estaba muy oscuro. Intuía que estaba en una habitación cerrada; ni un mísero soplo de viento correteaba por la estancia. No hacía calor, pero tampoco frío.

Estaba de pie. Esperaba a algo…o a alguien. Ni yo misma lo sabía a ciencia cierta.

Un gruñido sonó a mis espaldas.

Giré rápidamente, pero no vi nada. Era todo negro.

Podía sentir su presencia. Comencé a temblar inconscientemente.

Oí un ruido de pasos, pero no eran unos pasos normales. Eran diferentes, afelpados, casi intangibles.

Estaba más cerca, lo percibía.

Noté su frío aliento en mi nuca.

Quise gritar, correr, escapar de sus garras.

Pero ya era demasiado tarde. Mis piernas se hicieron de gelatina.

Posó una de sus manos en mi hombro derecho. Era peluda y rematada en uñas afiladas e intimidantes.

Intenté dar un paso adelante, pero mi cuerpo no respondía.

Mi corazón comenzó a latir descontrolado.

Se rió. Se rió de mí.

– ¿Por qué no le hiciste caso, Julie?

3 comentarios:

  1. ;)es tuya¿¿¿¡¡¡increibleee como describes la sensacion de las pesadillas
    besotes

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  2. ;) me encanta!! escribes muy bien!

    Pdt.: Se que Stardust es difícil de encontrar...Yo lo vi de casualidad...De todos modos espero que lo encuentres si te lo quieres leer :)

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  3. Precioso, con tanta sombra y misterio, me ha encantado :)

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